
Vivimos en una época en que se confunden las fronteras entre periodismo, propaganda y publicidad, en que la tecnología hace accesible al público no especializado la comunicación masiva, en que los medios se han convertido en extremos de distintas corporaciones o grupos de interés.
Es la historia de un viejo oficio que va dando paso a un nuevo modelo de comunicación más directa, cruda e interactiva.